Barómetro FRECOM. La construcción ante su gran oportunidad con un futuro repleto de incertidumbres
La anunciada llegada de un ingente y hasta indigesto volumen de fondos europeos, hace albergar muchas esperanzas para los empresarios del sector y toda la industria afín. Realmente nos encontramos ante la gran oportunidad del sector de la construcción. Tan sólo hay que recordar que el famoso Plan E fueron 8.000 millones de euros de inversión (buena o mala) y el Plan E en su segunda fase, otros 5.000 millones adicionales. En esta ocasión estamos hablando de que el sector de la construcción intervendrá a través del plan de rehabilitación, eficiencia energética, movilidad, infraestructuras hidráulicas, redes de conexión, etc., en más de 35.000 millones de euros de inversión. El sector intervendrá directa o indirectamente en 7 de cada 10 euros que se inviertan.
Con la recuperación económica tras la pandemia y la llegada de los fondos del plan de recuperación, el futuro del sector de la construcción se presenta realmente prometedor. Un sector que se encuentra en clara progresión. Con un crecimiento interanual en el número de empresas, autónomos y trabajadores por encima del resto de sectores. Y especialmente en la Región de Murcia, donde nos situábamos por encima de la media nacional en todos los indicadores.
Sin embargo, los últimos indicadores dan muestras de cierta desaceleración y la incertidumbre (mala consejera para la economía y la inversión) se ha apoderado del presente y hace vislumbrar un futuro cuanto menos incierto. La inflación, la escalada de costes y precios de los materiales, la energía, el transporte y la falta de mano de obra, ya están afectando gravemente a las empresas y a la actividad en curso y estos problemas no van a tener una solución en el corto plazo, por lo que las empresas del sector están abocadas también a perder competitividad, al tiempo que no sabemos cuál será el verdadero efecto tractor del plan de recuperación. La comisión europea ya sitúa a España como el país con menor nivel de ejecución del plan de recuperación.
Analizando cada uno de los indicadores, el número de empresas ha vuelto a repuntar después de la caída que tradicionalmente se produce en los meses de verano. A día de hoy son ya 4.244 empresas en el sector de la construcción. Y aunque el ritmo de crecimiento interanual se ha ralentizado, seguimos por encima del crecimiento de la media del resto de sectores.
Las licitaciones continúan a buen ritmo pero es muy previsible que el nivel de ejecución se encuentre seriamente comprometido por la crisis de las materias primas y los materiales de construcción, que está provocando renuncias a la formalización de los contratos y una ralentización en la ejecución por el desabastecimiento existente igualmente.
Por lo que respecta a los visados de obra, estos continúan a buen ritmo, apreciándose también cierta ralentización respecto a los crecimientos interanuales de meses precedentes
Los certificados fin de obra siguen estabilizados y apenas llegaremos a las 1.500 viviendas entregadas a final de año.
Por lo que respecta a las compraventas de vivienda en el acumulado de los 9 primeros meses del año se llevan vendidas cerca de 14.500 viviendas, lo que supone un 13% más que en el año 2019, ya que 2020 estuvo fuertemente marcado por la pandemia y no es un año con el que establecer comparativas.
Por lo que respecta al consumo de cemento y conforme ha tenido ocasión de anunciar Oficemen, en el acumulado de los diez primeros meses del año (ene-oct), el consumo de cemento se eleva ya a 12.458.281 toneladas, lo que supone un crecimiento cercano al 12% respecto al mismo período de 2020, y un 11% de crecimiento interanual, por lo que las cifras de octubre nos acercan a un final del ejercicio en el que podríamos recuperar el volumen de consumo previo a la pandemia de 2019.
En conclusión podríamos afirmar que el sector de la construcción ha conseguido recuperar durante 2021 muchos de los niveles previos a la crisis del Covid-19 como hemos podido comprobar. Sin embargo, aun siendo positivos los datos, es probable que no estén teniendo en cuenta aún, por la inercia de la propia actividad, todas las incertidumbres que sobrevuelan el sector, como son el precio de las materias primas, del gas, la electricidad, los derechos de emisión de CO2, a lo que debemos añadir datos macroeconómicos poco alentadores también. Con una inflación nunca vista (5,6% al cierre de noviembre), la deuda total de nuestro país supera ya el 122% y el déficit se situará a final de año en el entorno del 8,6%. Nuestro país sigue manteniéndose a la cabeza de la UE en materia de desempleo, con una tasa de paro del 14,6%, teniendo en cuenta además que los niveles de recuperación del PIB están muy por debajo de lo deseado y de lo que se pronosticó.